Hablan Fernando Brito y Carmen Torres de su obra en el MASIN
Culiacán, Sin., sábado 27 de mayo de 2023
Participan en conversatorio por el Día Internacional de los Museos sobre las piezas que tienen instaladas en el Museo de Arte de Sinaloa.
Para celebrar el Día Internacional de los Museos 2023, el Museo de Arte de Sinaloa realizó un conversatorio con los creadores Carmen Torres y Fernando Brito, ganadores de la Convocatoria Artistas Sinaloenses en el MASIN 2022, en la que estos charlaron en torno a diversos aspectos de las piezas que tienen en exhibición en este recinto.
Fernando Brito, fotorreportero originario de Culiacán y autor de la serie “Las Ruinas de los Sueños Inconclusos”, instalada en la Sala 2 del Museo, comentó que su obra gira en torno a las casas abandonadas en la frontera, ya sea por la migración, la violencia o la situación económica, para lo cual retomó los casos de las ciudades de Tijuana, Ciudad Juárez y Matamoros.
La serie parte de la pregunta de cómo es que se puede abandonar una casa, que es el sitio donde estamos seguros, es nuestro espacio personal y lo que nos aísla de lo exterior.
Aunque originalmente pensó que se les abandonaban por la violencia, en el camino se dio cuenta que no siempre es así, como en Tijuana, donde las casas (sobre todo de Infonavit) se dejan por gente que busca una vida mejor y las ocupan los deportados o la gente que no puede cruzar al otro lado, por lo que están siempre llenas de vida.
O en Ciudad Juárez, donde hay colonias enteras abandonadas y con sus casas invadidas por la violencia local, por los grafiteros o los ladrones que las desmantelan, mientras que en Matamoros la causa es la violencia extrema.
Por su parte, Carmen Torres se refirió a su serie “Territorio Aliado”, instalada en la Sala 3 del MASIN, y dijo que ella es de Guadalajara y en 2008 se vino a residir a Culiacán, donde estudió en la Escuela de Artes.
“Con los años me di cuenta de que tengo que aprehender el territorio desde donde, los que nacieron aquí, lo hicieron y entender sus códigos, su lenguaje, sus señas, y fueron muchos años en los que encontré la forma de tener estos espacios de refugio, el río, el mar, la sierra, y me di cuenta de que había encontrado horas, días específicos donde podía nutrirme para reanudar mis labores cotidianas en este territorio que se dice violento, sobre en la violencia de género, que ya estaba yo viviendo”.
En esa búsqueda es que nacieron las primeras piezas de su trabajo, dijo, hablando desde un lenguaje visual, con una instalación que incluye dibujos, líneas, forma y color, en una pequeña biopsia de lo que había estado viviendo y que ofrece ahora como una experiencia estética al visitante”.